21 Feb Alimentación y Mindfulness
Nos alimentamos para que nuestro organismo disponga de determinadas sustancias que le permitan seguir vivo. Esta afirmación se refiere al cuerpo físico pero es cierto que también comemos para proporcionarnos placer. En esta relación de los alimentos con el cuerpo, las emociones juegan un montón de cuestiones de las que a menudo no somos nada conscientes.
Por un lado, nuestro cuerpo necesita determinados alimentos cocinados de manera simple que no siempre sabemos cómo preparar, y el resultado es que no nos apetecen y nos aburren …De esto podríamos llamar, lo que necesitamos.
Por otro lado, buscamos satisfacción emocional en la comida y a veces recibimos efectos no deseados en ámbitos como la salud o el cuerpo físico. Es decir, deseamos determinadas comidas que no nos son saludables y no siempre nos damos cuenta de que este deseo se encuentra vehiculado por imágenes publicitarias o aprendizajes sociales que nos apartan de la propia sabiduría natural del cuerpo.
Y lo que necesitamos no suele cuadrar con el deseamos…Esta es la eterna lucha…¿Es posible llegar a un equilibrio?
La propuesta es utilizar la alimentación para generar salud física y también emocional a través de la conciencia.
Hay un montón de cosas que aprender en el mundo de la alimentación saludable. Algunas las tenemos tan cerca que ni nos damos cuenta, como por ejemplo, redescubrir los gustos originales de los alimentos.
La exigencia y la impaciencia no son buenas aliadas para avanzar en este camino. Como me decía un buen maestra, la puerta se abre hacia dentro: Hay que detenerse y aprender a desarrollar una mirada amorosa y curiosa, y en esto nos ayuda el mindfulness.
Atención Plena en la comida significa dedicarnos tiempo para masticar y respirar. También para cocinar, mejor en compañía. Darnos cuenta de la maravilla que supone sentarse a la mesa y disponer de unos alimentos sabrosos y saludables para satisfacernos.
No estamos acostumbrados a esto, no nos lo han enseñado…El aprendizaje en mindfulness y alimentación es ir descubriendo la sabiduría del cuerpo, notar lo que nos hace sentir bien, elegir en función de lo que vamos descubriendo…
Y darnos cuenta que, cada vez con más frecuencia, lo que necesitamos es lo que deseamos.